Según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), »Los virus encapsulados son susceptibles a una amplia gama de desinfección de superficies duras no porosas. En contraste, los virus desnudos son más resistentes a los desinfectantes.» [2]
La Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos tiene un listado de los desinfectantes que especifican en su etiqueta su eficacia contra virus desnudos (por ejemplo, norovirus, rotavirus, adenovirus, virus de la poliomielitis), y que tienen un amplio espectro antiviral que son capaces de inactivar tanto virus envueltos como desnudos.
Debido a su naturaleza, el ozono, al no poder ser envasado y comercializado, no está incluido en dicha lista ni podrá estarlo, a pesar de que su capacidad viricida está de sobra probada, siendo, como se ha señalado, muy superior a la del cloro, el desinfectante más utilizado. De hecho, el ozono es utilizado como biocida hace décadas, como así lo demuestran las fechas de los numerosos estudios existentes al respecto.
En la Unión Europea, con la entrada en vigor del Reglamento para Productos Biocidas (BRP, por sus siglas en inglés) se está incluyendo el ozono como biocida para distintos usos, entre otros para la desinfección de superficies en contacto con productos de alimenticios.